La introducción del tablero, a comienzos del siglo XX, dio lugar a la jugada llamada rebote, que ha pasado a ser fundamental en el juego. El balón puede ser lanzado en cualquier dirección, con una o dos manos. Las cestas de duraznos dieron paso a aros metálicos con una red sin agujeros hasta evolucionar a la malla actual. Normalmente estos jugadores no son de una elevada estatura, pues lo realmente importante es la capacidad organizativa y de dirección de juego.